Con Baika Pablo Ramos, egresado de la carrera de Administración de la Universidad Pacífico demuestra que el emprendimiento y la convicción pueden impactar en el bienestar de la sociedad.
Se podría asegurar que la vida de muchos niños de la sierra empezó a cambiar en la biblioteca de la Universidad del Pacífico
Era junio de 2017 y Pablo Ramos, con solo 19 años, ocupaba sus días en estudiar la carrera de Administración en la Universidad del Pacífico. Mientras se preparaba para un examen, en uno de los cubículos de la bilbioteca, decidió despejar su mente en Facebook.
Ahí encontró la página de un amigo que era voluntario de una organización de ayuda humanitaria en Ayaviri, Puno. Cautivado por las fotos, y luego de terminar los finales, Pablo cambió la mochila de libros por una con ropa y viajó a Puno.
Lo que encontró, más allá de los paisajes que llamaron su atención inicialmente, fue una realidad preocupante.
Puno es una de los departamentos más pobres del Perú y las escuelas quedan, en promedio, a una distancia de 5 kilómetros de los centros poblados, lo que hace que los niños pierdan hasta cuatro horas diarias en sus caminatas de ida y vuelta. Esto no solo impacta en su salud, sino que el cansancio disminuye su rendimiento escolar.
Pero Pablo aún no había identificado ese problema
“Inicialmente yo solo quería ayudar. Así que me organicé con mis amigos del colegio y la universidad y recolectamos juguetes, frazadas, ropa, zapatos, bicicletas y juguetes. La idea inicial era ayudar a los niños de Ayaviri”, asegura Pablo.
La administración al rescate
La frase del profesor Isaac Pocohuanca, de la escuela del pueblo de Quesca, le dio la primera pista.
“Me dijo que nuestras donaciones no solo hacían felices a los niños, sino que contribuían a su desarrollo a largo plazo. Se refería a las bicicletas. Los niños las habían empezado a usar como medio de transporte, ahorrando tiempo y mejorando así su disposición para aprender y su rendimiento”, nos dice Pablo.
Como buen administrador de la Pacífico, Pablo se dio cuenta inmediatamente del problema y encontró la solución: “si debemos vencer a la distancia, la respuesta son las bicicletas”.
Así que hizo algo muy simple: un post en Facebook pidiendo donaciones de bicicletas viejas.
De repente, un montón de gente empezó a recordar que tenía una bici en el techo, en el garaje o en un depósito.
Así, Pablo creó Baika (bicicleta en quechua), un emprendimiento social que ya cuenta con más de 30 personas, áreas de operaciones, administración y finanzas, marketing, proyectos y alianzas con empresas, universidades, colegios, puntos de acopio y hasta talleres de reparación.
“Nosotros somos un puente entre la gente que quiere ayudar con gente que necesita ayuda”, nos dice Pablo.
Un puente que hasta ahora ha repartido más de 700 bicicletas en Puno, Cusco, Arequipa y Ayacucho, que se empezó a construir en nuestra biblioteca y que ha impactado en la vida de muchos niños de nuestro país.
Así como Pablo, tu también puedes conocer cómo la carrera de Administración de la Pacífico puede ayudarte a emprender e impactar en la sociedad.
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