Desde su fundación, la Universidad del Pacífico ha tenido la Responsabilidad Social como uno de sus más importantes pilares. ¿Cómo este principio se ve reflejado en nuestra institución? En esta nota te lo contamos.
En el Perú y el mundo hay muchísimo que avanzar en cuanto a reducir las brechas de desigualdad, disminuir la contaminación ambiental y resolver los profundos problemas socioeconómicos que afectan a millones de personas día a día. El camino a una sociedad cada vez más justa es largo, pero es también inmensamente gratificante.
En la Universidad del Pacífico (UP) somos conscientes de los diversos desafíos sociales y ambientales y, como institución, tenemos un compromiso con contribuir a la solución de estas problemáticas. Es por ello que la Responsabilidad Social Universitaria (RSU) es uno de los pilares de la forma de ser y actuar en nuestra casa de estudios, y la entendemos como la capacidad de respuesta que podemos tener a través del ejercicio de las funciones centrales de docencia, investigación, extensión y gestión interna, para atender las necesidades de transformación de la sociedad hacia un desarrollo más humano y sostenible.
La Pacífico aspira a contribuir al desarrollo y bienestar social del Perú en un mundo global, dinámico, complejo y crecientemente interconectado. Esto a través de la formación de líderes globalmente competentes, socialmente responsables, con iniciativa, espíritu emprendedor, visión integral y generadores de cambio.
En ese sentido, nuestro Centro de Ética y Responsabilidad Social vela para que la RSU sea parte de una cultura sólida y se extienda a lo largo de toda la institución. Porque nuestros valores se hallan en función de formar ciudadanos que aporten a mejorar la sociedad, dado que promovemos la libertad de pensamiento y opinión, la honestidad y la veracidad, el respeto al otro y, con mucho ímpetu, la ética y la responsabilidad social. ¿Y cómo genera impacto este último, este gran valor que nos caracteriza?
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El curso de Proyección Social
El curso de Proyección Social que se dicta en la UP es transversal a todas las carreras y obligatorio. Cada semestre, alumnos de los últimos ciclos de la universidad se trasladan a zonas emergentes de la capital del país para poner sus conocimientos al servicio de micro y pequeños empresarios. Así, esta asignatura busca poner en práctica lo aprendido, desarrollar la conciencia social y la empatía, al mismo tiempo que se le entregan a empresarios las herramientas de gestión que le permitan lograr más crecimiento y rentabilidad.
“La responsabilidad social, ética y empatía que buscamos formar en nuestros alumnos se refleja en este curso”, explica María Luisa Peña, coordinadora de la asignatura. Asimismo, explica que, para que este modelo formativo se lleve a cabo exitosamente, la UP gestiona alianzas con organizaciones no gubernamentales, gobiernos locales e instituciones privadas.
Con respecto a la dinámica y la metodología, funcionan de la siguiente manera: a cada grupo le corresponde trabajar de la mano junto a un empresario y utilizan un método propio que se va adecuando a las diversas realidades del empresario, su negocio y su contexto. “Esta empresa que van a asesorar está en un entorno con un montón de desafíos. Y el alumno, al entrar ahí con los conocimientos que ha adquirido y junto al empresario que quiere sacar adelante su empresa, comienza a desarrollar una sensibilidad social y toda una combinación de factores que logran sacar una serie de soluciones prácticas que el empresario puede apropiarse y desarrollar», cuenta Peña.
Por su parte, el rector de la Pacífico, Felipe Portocarrero, considera que es crucial que los grupos de trabajo sean interdisciplinarios y provengan de las diversas carreras.
“Interdisciplinariedad. Los problemas son multidimensionales y complejos”, explica. “Y para resolver problemas con esas características se requiere un pensamiento complejo. Y un pensamiento complejo solo puede desarrollarse si uno deja intervenir diversas perspectivas de análisis”.
Asimismo, comenta que el objetivo del curso “es que los estudiantes tengan una experiencia educativa que vaya más allá de las aulas” y que además sea una experiencia práctica “que vincule el conocimiento con los sentimientos”.